Los dispositivos conocidos como wearable tech han sido creados para proporcionar sensibilidad, capacidad de escaneo de la función fisiológica y retroalimentación, a la par de ser cómodos al cuerpo e integrar un diseño funcional. Actualmente contamos con implantes subcutáneos, relojes y lentes inteligentes, audífonos que están diseñados para parecerse a aretes y ropa biodegradable. La miniaturización de dispositivos electrónicos y sensores, junto con la reducción de costos, han contribuido a un rápido aumento del número de wearable tech.
En mi opinión, las compañías de wearable tech no han llegado al punto de tener las credenciales necesarias para crear el tipo de productos que a la gente le gustaría usar diariamente e incluso presumir. Para crear productos lujosos, las asociaciones de las compañías de tecnología con las grandes marcas en la industria de la moda se convertirán en recurrentes. De esta manera la moda y la funcionalidad no estarán separados. Tomemos como ejemplo al monitor de actividad de Swarovsky y Misfit Shine:
El progreso tecnológico en la industria nos guiará a tener tejidos nuevos, como telas con sensores integrados con el potencial para cambiar el mundo de la moda de maneras que nunca se han conocido. Se podrían crear nuevas, siluetas, prendas que cambien de color al reaccionar con ciertos elementos del medio ambiente, telas que contengan organismos vivientes para ayudar a sanar el cuerpo, etc.
Al día de hoy, ya hemos sido testigo de algunas impresiones en 3D que han dado pie a creaciones semejantes a piezas de arte. Asimismo, las posibilidades con la realidad virtual son muchas, ¿te puedes imaginar estar dentro de las pasarelas más importantes en el mundo de la moda? ¿Poder inspeccionar cada prenda de una colección conforme avanza el desfile? ¡Yo estaría en primera fila!
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